Querido Gobernador
Chichi Justiniano y su esposa Nena. Apreciados y muy queridos amigos Rotarios,
Rotaractianos, Interactianos, Damas Rotarias y amigos queridos de otros clubes.
Al final de este noble y hermoso camino de servicio, conduciendo uno de los
clubes más grande en el mundo rotario y constituido por connotados líderes del
mundo profesional, empresarial y cívico, me siento llena de felicidad porque,
entre todos, logramos cumplir con las actividades que nos propusimos y más que
todo, afianzar la sólida amistad que es el símbolo más noble de nuestra
institución.
Recuerdo el día cuando todos eufóricos nos juntamos a planificar el trabajo de
la gestión y luego cuando lo presentamos en asamblea. Recuerdo sus miradas de
apoyo y también de duda por la cantidad de metas presentadas y la envergadura
de cada una. Recuerdo que pensé- no serán tantos, podremos cumplir con todo? –
Obvio que me asusto, pero jamás demostré miedo ni inseguridad y me dije “Evelin,
tenés una persona a tu lado día y noche, que te ama y que ama Rotary y sumado a
este gran equipo que has hecho, hace todo perfecto. No te preocupes Rotary es
una sola familia lo lograremos”.
Y así fue, después de no aflojar en ningún momento, hoy vemos los resultados y
con sano orgullo, sentimos una infinita satisfacción al saber que hicimos
felices a cientos de personas que recibieron nuestra ayuda, afecto y nuestro
corazón.
Qué más puedo decir, me siento privilegiada de haber sido más que presidente;
amiga, amiga leal y consecuente, fiel a nuestra filosofía rotaria y nuestros
valores como la base más importante de nuestro diario existir.
La verdad no me quiero extender ni emocionar para que no se me corra el
maquillaje…
Solo quiero que sepan que no me estoy yendo, solo dejo de ser la cabeza de este
grupo de grandes líderes como ustedes, dejo este espacio feliz y contenta,
porque veo el rostro feliz de todos mis queridos amigos, mis amigos de siempre,
de esta familia que yo elegí para servir a los que más lo necesitan. Les
confieso que no estaba segura si mis discurso debían ser protocolar o coloquial
y me decidí por uno que salga del corazón, por qué es lo que siento, de lo que
he recibido y lo poco o mucho que haya dado para nuestro club y para fortalecer
esta maravillosa amistad.
No me voy, solo vuelvo ser un soldado para seguir en este batallón, apoyando a
nuestra querida “Fabi” y a todos los líderes que vengan, año a año. Siempre que
así Dios me lo permita.
Firme
Muchas gracias apreciados amigos.
Los quiero mucho.